domingo, 9 de noviembre de 2008

El hombre solitario

Hay que temer al hombre solitario, inconforme.. en él nunca se apaga el volcán, el anhelo de destrozar al mundo con el puño. Una mujer nos hace felices, nos cuida, nos apacigua, nos exprime.. y yo sinceramente prefiero esta calma al eterno absurdo de la angustia soltera. No es temor, al contrario, es conocimiento.. llegué a los bordes de mis abismos personales, contemplé el vacío hasta saciarme, y regresé al mundo de los vivos.. en donde se trabaja, se vive, se sufre.. como cualquier otro animal sobre la tierra, sin el peso terrible del intelecto palpitando incesantemente. Ahora casi no escribo ni leo, pero vuelo y tengo una hija hermosa, una esposa envidiable y en términos generales una vida que hasta el millonario más poderoso quisiera tener; porque soy libre, porque estoy en el eterno punto medio que siempre busqué, porque existo y tengo mi universo personal en equilibrio sin tensiones excesivas.. soy un odioso burgués, por supuesto, feliz y pagado de sí mismo. La peor estrella literaria imaginable.. sin drogas ni grandes aventuras o penas que contar. Y lo mejor del caso es que ahora, en verdad, me importa un carajo.

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