Acabo de leer un artículo sobre este excelente escritor y aviador francés, uno de mis favoritos sin duda. Descargué el libro en el que trabajaba mientras murió, Ciudadela, y a pesar de lo buenos que me parecieron El Principito, Vuelo Nocturno, Piloto de Guerra o Correo del Sur, coincido en la descripción de Ciudadela como su mejor realización a pesar de ser la menos conocida de todas sus obras.
Se nota la madurez del escritor en sus palabras desde el comienzo, toda esa ebullición de vida que produce esta mezcla tan peculiar de vuelo y literatura que, al igual que otros pocos como Richard Bach o Norman Mailer, han sabido conjugar a la perfección, imprimiéndole un toque de fuerza a la escritura, alejándose del estereotipo patético del intelectual pasivo tipo Borges o casi cualquier otro.
Ambos, vuelo y literatura, son bichos raros que se incrustan en el fondo de tu ser.. virus incurables una vez que se contraen; ¿hace falta decir que combinados son dinamita pura?
sábado, 29 de marzo de 2008
Saint-Exupéry
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