domingo, 31 de mayo de 2009

Los ojos de la muerte

La semana pasada miré a los ojos a la muerte, o tal vez fueron sus ojos quienes me miraron a mí, fríamente, con la vista perdida y un cuerpo deshecho por la gravedad y la impertinencia. Descubrí que no tengo plumas, que no soy un ave y necesito motores para poder volar. La muerte se plantó frente a mí, pude verla claramente cayendo desde el cielo a una velocidad pasmosa. Corrí a encontrarla y la vi, cara a cara, así sin más. No era mi turno, entendí el mensaje, lo interpreté a mi manera, sigo interpretando a mi manera (¿qué más podría hacer?). Pero ella sigue rondando.. los pájaros maricones, de colores vistosos, caen del firmamento por montones.

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