Hace tiempo tenía un amigo de nombre peculiar, Agapito Mesobas, que para todo decía: "es lo meeeesmo".
Nos burlábamos de él por su indiferencia y timidez, pero años después entiendo la gran sabiduría de sus palabras.
Soñar o vivir, reír o llorar, la misma cosa todo, accidentes sin importancia.
Lo mismo da que se trate de La vida es sueño de Calderón de la Barca o Carlos Castaneda y Las enseñanzas de Don Juan... todo apunta hacia esto: no difiere mucho nuestra vida cotidiana de los sueños, de la muerte y otras realidades alternas.
En el universo sin forma ni principio ni final, ¿qué podría hacer la diferencia?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario