Parar el mundo, según los testimonios de Castaneda, consiste básicamente en detener el diálogo interno, esa eterna vocecita con quien platicamos sin cesar y que, según las enseñanzas de Don Juan, nos ayuda a reforzar el mundo en que vivimos y creemos real. Si no logramos parar esa voz, resulta imposible acceder a lo que llaman segunda atención, nagual, segundo anillo de poder, etc.
Esa vocecilla siempre me ha obsesionado, a ella se debe incluso el título de este blog... El Yo Más-Turbado es ni más ni menos que esa voz imparable, una compañera tan pegajosa que resulta en muchas ocasiones molesta, aunque tantas otras nos haya salvado y guiado a lo largo de nuestra vida azarosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario